Es probable que te hayas encontrado en el pasado con una diversidad de situaciones con las que probablemente te identifiques. En caso de que estés dando tus primeros pasos como docente o pienses emprender una carrera profesional en este sector, te invitamos a acompañarnos en este recorrido por las técnicas más favorables para mejorar el aprendizaje de los niños en la primera etapa escolar.

Estimule la confianza

La duda en sus habilidades puede ser un enemigo que interrumpa el desarrollo correcto de una actividad. Como maestros, debemos estar conscientes de que sus capacidades pueden estar limitadas, pero a la vez, debemos hacerlos sentir capaces de alcanzar nuevos y mejores resultados a través del esfuerzo y dedicación. Cuando transmitimos este mensaje de credibilidad y confianza a través del apoyo y la empatía, estarán más dispuestos a comprometerse con terminar las tareas y actividades con mayor ímpetu.

Interactividad constante

Existen muchas maneras de llevar a cabo una misma tarea, siendo la más interactiva la que puede lograr un mayor interés por parte de los más pequeños. Hablar sobre el desarrollo y explorar las expectativas previas a la actividad, evaluar su nivel de interés durante y extraer conclusiones luego de terminar, puede arrojar un panorama más claro al maestro acerca del alcance de los objetivos pautados inicialmente para dicha actividad.

Mantenga la actitud positiva

Los niños son pequeñas esponjas capaces de absorber rápidamente las conductas de los adultos, por lo que, la frustración y la ansiedad ante momentos difíciles puede enviar un mensaje negativo. Es posible que no estemos en el mejor estado de salud o algunos asuntos personales ocupen nuestra mente durante las horas de trabajo, pero debemos hacer un esfuerzo para mantenernos siempre positivos durante las horas de trabajo con los niños. Debemos transmitir esta actitud positiva y favorecer su desarrollo en un ambiente tranquilo e inofensivo para ellos.

Variedad en las actividades

Los cambios son positivos cuando se llevan a cabo de manera planificada, dejando de lado la improvisación o los intentos desesperados por encontrar una manera de hacerles aprender una nueva actividad. La atención de los niños suele ser durante tiempos breves, por lo que, en este tiempo debemos aprovechar en todo lo que podamos, de transmitir la carga de información correcta y que sean capaces de retenerla. Los cambios en las actividades los mantienen atentos e involucrados, evitando el aburrimiento y la falta de atención.

Simplifica las dinámicas

Como adultos, cometemos el error involuntario de creer que todo lo que hemos aprendido es fácil de enseñar. Este es un error recurrente en los docentes de diferentes etapas, pero en la etapa inicial debemos abandonar ese esquema desde el primer día. Hacer que todo sea más simple y comprensible para los niños puede ser un reto, pero la intención es que sean capaces de reconocer los símbolos, instrucciones y dinámicas sin necesidad de ofrecer explicaciones una y otra vez que puedan terminar confundiéndolos.

Deja que sean niños

La disciplina y el respeto por las horas de trabajo son valores que deben incentivarse en todo momento en el aula, sin embargo, debemos adaptar estas exigencias a su nivel. Son niños, y en la etapa inicial estarán en un proceso de absorción de nuevos patrones que deben ser producto de la repetición, la constancia, la empatía y el estímulo. Déjalos moverse, jugar y explorar, pero establece límites claramente establecidos desde el inicio que servirán de referencia a la hora de hacer un llamado de atención.

Fija reglas a tiempo

Las normas del aula pueden estar ubicadas en un área de fácil alcance y visibles en todo momento. Asegúrate de discutir estas normas desde el inicio del año escolar, ya que esto mantendrá el orden en el entorno; son precisamente estas reglas las que definirán la correcta evolución de los niños durante su estancia en este espacio. Incluye etiquetas y dibujos que permitan vincularse con estas reglas de manera más cercana, con animaciones y recursos que sean de fácil comprensión para ellos.

Reduce el estrés

Planifica actividades creativas e interactivas que los relajen y estimulen su creatividad. La siembra de una planta puede ser una buena idea, ya que los involucra con el crecimiento de la misma y pueden evaluar el producto de su esfuerzo de manera tangible y progresiva. Incluye música y dinámicas de relajación un par de veces por semana, donde se estimule la concentración y se reduzcan los niveles de ansiedad ante la presencia de retos que suponen las actividades nuevas a las que cada día se enfrentan.